domingo, 13 de mayo de 2012

Chamaco

Y Maricel Landri dijo escroto cuando la maestra por no decir cartón de huevos quiso decir maple e hizo el gesto de sostener los huevos desde abajo cuando convenía colocarlos en el cartón imaginario tomándolos decorosamente desde arriba. A mí me gustaba la Maricel; era rubita y de ojitos celestes, siempre el pelo lacio y limpio y su recatada voz. Las otras me parecían todas feas: la Marta que me decía Grabiel a cada rato y la hermana que no me acuerdo cómo se llamaba. También estaba la hermana del Franco, eran muy parecidos, con dientes que casi no podía cubrir con los labios porque estaban proyectados hacia afuera, siempre con cara de pena, cuando pienso en ella siento lástima. Franco dibujaba, era lo único que hacía bien, agarraba con fuerza un lapiz chiquito y mordido como si grabara en vez de escribir. La vez que le puse la traba, el mejor dibujante se abrió la cabeza contra un pupitre, hay que poner pupitre o alguien puede pensar que un banco es un banco de la plaza y en realidad no me veía con ellos fuera de la escuela. Ah, sí, ahora me acuerdo de todos y cada uno pero no los voy a nombrar y me acuerdo que siempre estuve entre los crueles pero hablaba con esos otros chicos a los que no trataban bien. Los tranquilos eran aburridos y siempre que me hablaban sentía ganas de pegarles una piña; se sentían mis amigos y los dejaba regalados para ir con la barrita. También estaba Medina, llamado El Chamaco, a quien alcanzamos en cuarto grado y dejamos ahí con la Señorita Mary, cara de loca; psicóloga; aliento a cigarrillos que ponía picadillo a las galletas con el dedo. Chamaco apuntaba a los que no le gustaban con un epíteto y los dedos como revólver para hacerles bajar la vista.Y si no lo hacían los increpaba con un telaguantai y el pecho hacia adelante. Nadie selaguantaba con El Chamaco. Yo era amigo de él  y me reía con él de todos. Una vez me dijo sos un Culiau y me dediqué a tratar serlo molestando a los que sabía que no se la iban a aguantar. Cuarto grado fue el lugar dónde sentí celos por primera vez y no sabía que se llamaban celos. A Walter Soria se le había caído un lapiz y a la Maricel alguna cosa supongamos la regla, así que los dos se estiraron para recoger lo caído haciendo un movimiento que hoy me parece tan gracioso... alzaron sus útiles y se levantaron, y a mitad de camino se miraron y se rieron juntos;  el infortunado testigo quiso haber sido Walter Soria u ocupar en un universo velozmente inventado el lugar de Walter Soria para que la Maricel se riera así conmigo. No se hicieron novios ni nada. En quinto creo haberle dicho que me gustaba o que era linda; me puso la cara de que asqueroso y dijo algo acorde. Me sentí un incomprendido, alguien que sin haber ofendido pasaba a ser una escoria innombrable. En esos días la madre del Walter Soria del otro universo no aguantó más la presión de sus instintos y  se decantó por la locura y la internación por dos meses que nunca terminaron. Cosas como ésta van haciendo que un chico... No, no es verdad, no son las cosas sino haber pasado a ser de aquellos a los que ya no les cabe reirse de los demás y no saberlo asumir lo que te condena a esconderte de un otro vos que luego te señala. Seguía detrás del Chamaco como única compañía pero solo me reía de los otros si él me miraba, tenía miedo de que me apuntara y me pusiera así entre los Pelotudos, Gordos; Maricón; Jirafa; Enano; Mostro, diciendomé Loco.
¿Acaso alucino? No, tras la solapita de la etiqueta se ve el verdadero último pucho. Que alivio. La Maricel jamás dijo escroto y la palabra maple no se conocía en esos tiempos remotos. La hormiga argentina subía por el continente hasta Alaska y personas eran no se como decir reventados matados asesinados mientras yo iba a la primaria. Mi madre si enfermó. Muchos sí se la aguntaron. Si veo un lapiz tirado en cualquier lugar lo levanto compulsivamente. Quizá sea por si al Franco le hace falta o por si al levantarme alguien se está riendo conmigo de nosotros. Acá estoy escribiendo porque estos días me vi en un espejo de los que dicen que existe Blanca Nieves en el bosque y no pienso traer ese Corazón. 
Bye bye Chamaco.

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